Los procesos comerciales nos permiten analizar las necesidades del cliente desde la generación de oportunidades comerciales, el primer contacto, hasta la venta y a su vez analizar las oportunidades de mejorar la competitividad dentro del mercado en el que se enfoca la empresa. Durante muchos años, las empresas han potenciado casi exclusivamente las habilidades personales de los vendedores, entendiendo que la venta era en sí un arte. El éxito no se basa solo en lo comercial.
La investigación de mercados sirve para anticipar las futuras necesidades, representa la voz del consumidor, es el punto de partida para el desarrollo y comercialización de productos y servicios que las satisfagan mejor que la competencia.
La gestión adecuada de los procesos comerciales, puede influir positivamente sobre el ciclo de venta, su buen funcionamiento permite a las empresas rentabilizar sus inversiones. Los procesos comerciales deben apoyar la implantación de la estrategia comercial y de marketing, evolucionar en función de los cambios en el entorno empresarial y la cartera de productos /servicios.
Un proceso comercial bien definido y en continua evolución, permite a la empresa:
– Identificar las mejores prácticas para la comercialización de cada producto y/o servicio.
– Optimizar los métodos de comercialización de productos y/o servicios.
– Adaptar los procesos comerciales a los cambios ocurridos en el entorno empresarial y en la cartera de productos.
– Facilitar procesos de incorporación de nuevos comerciales a la empresa.
– Gestionar, de forma efectiva, la cartera de clientes.
– Rentabilizar las relaciones con sus clientes.